Requejo es uno de los barrios más singulares de Mieres no sólo por ser enclave de numerosas sidrerías, sino también por su antigüedad. Precisamente, por ello, ha tenido una protección especial dentro del Plan General de Urbanismo. Sin embargo, este aspecto ha perjudicado a los vecinos, ya que no les permitía rehabilitar sus viviendas.
Para solventar esta situación, el Ayuntamiento de Mieres ultima un libro que reglamentará el tipo de reformas que se pueden llevar a cabo en el barrio. La medida se toma tras desechar la idea de redactar un PERI (Plan Especial de Reforma Interior) y debido a la simplicidad del libro, que cuenta con el respaldo de los miembros del grupo municipal del PP.
Desde el comienzo del mandato, el partido apostó por la conservación del barrio de Requejo como una de las muestras vivientes del pasado mierense. Este reglamento también permitirá el desarrollo empresarial del barrio, ya que la imposibilidad de intervenir en las viviendas disuadía a los empresarios de abrir casas rurales y hoteles en este entorno.
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